Uno de los vehículos más vulnerables de la carretera son las motos. Si has sufrido o solo tienes curiosidad por saber cuál es la indemnización por accidente de moto, estás en el lugar indicado.
Pero antes de entrar en detalles, te recomendamos solicitar los servicios de un buen abogado para que defienda tus derechos y así puedas obtener la indemnización que realmente te mereces. Personalmente te recomiendo solicitar los servicios de RC Plus Abogados porque cuentan con muchos años de experiencia. Saben mucho del tema y te ayudarán a defender tus derechos como motorista. Sin lugar a dudas son los mejores. A eso hay que añadir que gracias a su colaboración hemos podido desarrollar este interesante artículo.
¿Cuándo se puede solicitar una indemnización por accidente de moto?
Se puede solicitar la indemnización siempre y cuando se haya sufrido un accidente y el piloto de la moto no haya sido el causante del mismo. En ese caso, la aseguradora del vehículo que ha provocado el accidente tendrá que indemnizar al motorista por el importe adecuado. De igual manera, si el motorista iba con acompañante, el mismo también tendrá derecho a indemnización porque será víctima del accidente.
Por desgracia, las compañías aseguradoras siempre intentan que la indemnización sea la menor posible. Para evitar ser estafados en cierta manera, lo mejor es contratar a un buen abogado. Los mismos tienen conocimientos del tema y harán que la aseguradora abone la indemnización que realmente tienen que pagar.
Dicho eso, es importante dejar claro que todo está regulado en el Real Decreto Legislativo 8/2004. Y dependiendo de los daños sufridos, el importe a recibir será uno u otro.
Indemnización por lesiones temporales
La indemnización por lesiones temporales será determinada en función del tiempo necesario para la recuperación o, en su caso, para la estabilización de las lesiones sufridas. Para ello, se establecen diferentes tipos de días, clasificados según la gravedad de la afectación en la vida diaria del lesionado:
- Días de perjuicio personal extremadamente grave: Estos días corresponden a cuando la persona afectada pierde casi por completo su capacidad para realizar las actividades más básicas de su vida cotidiana. Un claro ejemplo de esta situación es cuando la persona necesita ser ingresada en la UCI. Cada uno de estos días se indemniza con 105,35€.
- Días de perjuicio personal grave: Se refiere a los días en los que la persona lesionada ve muy limitada su autonomía para desempeñar diversas actividades fundamentales de su vida diaria. Generalmente, este tipo de afectación ocurre cuando la persona requiere ser hospitalizada. La compensación por cada uno de estos días asciende a 79,02€.
- Días de perjuicio personal moderado: En esta categoría se incluyen los días en los que la pérdida de autonomía afecta considerablemente las actividades normales y específicas de la vida del perjudicado. Esto suele suceder cuando la persona se encuentra de baja laboral. Cada día moderado se indemniza con 54,78€.
- Días de perjuicio personal básico: Corresponden al resto de los días de tratamiento hasta alcanzar la curación o estabilización de la lesión, es decir, el periodo que transcurre hasta que se da el alta médica. Los días que no encajan en las categorías anteriores se incluyen aquí, y cada uno se indemniza con 31,61€.
Indemnización por secuelas

Las personas que sufren accidentes de moto suelen enfrentarse a un miedo significativo: las posibles secuelas que puedan quedar una vez que el proceso de curación haya concluido. Este temor es comprensible, ya que las lesiones en motociclistas suelen ser de mayor gravedad, lo que aumenta la probabilidad de que queden efectos a largo plazo.
En el ámbito legal, las secuelas se definen como las secuelas físicas, orgánicas, sensoriales o estéticas que permanecen después de la fase de recuperación. Dichas secuelas se dividen en dos categorías principales:
Por un lado, están las secuelas funcionales. Estas afectan la capacidad operativa de algún órgano o sistema del cuerpo humano. Entre los ejemplos más frecuentes de estas secuelas se encuentran dolores persistentes postraumáticos, el agravamiento de problemas preexistentes como la artrosis, dificultades de movilidad, material quirúrgico insertado, y pérdida de capacidades sensoriales, como la audición. La funcionalidad del cuerpo puede quedar comprometida de manera permanente.
Por otro lado, existen las secuelas estéticas. Estas están relacionadas con los cambios visibles que alteran la apariencia física de una persona y pueden tener repercusiones emocionales. A diferencia de las secuelas funcionales, los perjuicios estéticos no afectan las capacidades del cuerpo, sino su aspecto. Entre las secuelas estéticas más comunes se encuentran cicatrices, alteraciones en la pigmentación de la piel, la pérdida de extremidades o incluso alteraciones en la marcha, como una cojera.
En situaciones como estas, la asesoría de un abogado especializado se vuelve esencial. Contar con un experto que pueda guiar a la víctima a través de los procedimientos legales y asegurarse de que reciba la compensación adecuada por los daños sufridos es fundamental para su recuperación tanto física como emocional. La experiencia de un abogado permite asegurar que los derechos de la persona sean respetados y que se logren los resultados más beneficiosos.
Indemnización por daños patrimoniales
En los accidentes de moto, es común que se sufran daños no solo en el vehículo, sino también en la ropa y otros objetos personales del motorista, como el casco, guantes, teléfono móvil o reloj. Estos elementos pueden ser objeto de reclamación, y es importante que el afectado sepa que tiene derecho a ser compensado por esos perjuicios.
Para reclamar una indemnización por estos daños, es fundamental aportar las facturas originales de los objetos dañados o, en su defecto, presupuestos de artículos similares. En algunos casos, también se puede pedir la reparación de dispositivos como teléfonos móviles o relojes, presentando un presupuesto de arreglo.
Es recomendable tomar fotos de los daños para respaldar la solicitud. Además, se debe conservar todo lo afectado hasta haber recibido la compensación correspondiente, ya que la aseguradora podría solicitar los objetos en cuestión.
La indemnización ofrecida suele estar sujeta a una depreciación según la antigüedad y el uso de las pertenencias dañadas.
El lucro cesante, por otro lado, contempla las ganancias que se dejan de obtener debido al accidente, como ocurre cuando la baja laboral impide al afectado recibir su salario habitual o afecta los ingresos de un autónomo. Por su parte, el daño emergente incluye los gastos derivados del siniestro, tales como medicinas o desplazamientos a tratamientos de rehabilitación.